
El don o regalo de Dios es inolvidable e incalculablemente precioso. El Dios eterno no era ni ignorante, ni simple ni descaminado cuando envió a este mundo a su Unigénito…
El don o regalo de Dios es inolvidable e incalculablemente precioso. El Dios eterno no era ni ignorante, ni simple ni descaminado cuando envió a este mundo a su Unigénito…